En este verano... consuma agua hasta la última gota
Una adecuada hidratación es imprescindible para el mantenimiento de la vida y la realización de los procesos fisiológicos.

Pese a su importancia vital, en un elevado porcentaje de individuos el aporte de líquidos es insuficiente, y la deshidratación leve puede ser frecuente y pasar desapercibida, condicionando graves riesgos sanitarios y funcionales.
Pese a que la falta de líquidos lleva a consecuencias graves y es incompatible con la supervivencia, en mayor medida que la falta de alimentos, la hidratación es una parcela de la nutrición que ha recibido menos atención que otras.
Agua: Componente esencial
El agua es un componente esencial para todos los tejidos corporales. Como solvente, es vehículo de numerosos solutos para el funcionamiento celular, ayuda a mantener la constancia física y química de los líquidos intracelulares y extracelulares, y es el medio necesario para todas las reacciones y procesos metabólicos. Sin ella es imposible la supervivencia, pero una leve reducción también tiene consecuencias fatales.
El contenido de agua corporal difiere según las etapas de la vida y las circunstancias. El agua es el componente más abundante del organismo, es especial en las etapas más tempranas de la vida. De hecho, representa el 80% del peso de un recién nacido prematuro, frente al 75% en un recién nacido a término, y este porcentaje disminuye con la edad hasta llegar a un 60%, aproximadamente, en la población masculina y un 45 - 50% en la femenina adulta, ya que las mujeres, con mas grasa corporal, tienen menos agua que los hombres.
La cantidad de agua corporal total supone unos 600 ml/kg de peso, de los que unas dos terceras partes (400 ml/kg) se encuentran en el espacio intracelular y la tercera parte restante (200 ml/kg) en el extracelular. El 75% del líquido extracelular se distribuye entre el espacio intersticial (150 ml/kg) y el intravascular (50 ml/kg).
Se puede vivir sin comer absolutamente nada durante semanas, siempre que el cuerpo pueda ir digiriendo sus propios músculos y grasas. Pero no pasa lo mismo con el agua. Sin beber, la muerte llega en pocos días, menos aún en un entorno cálido, que favorezca la transpiración.
¿Para qué sirve el agua?
El agua resulta esencial para la vida, pues todos los procesos metabólicos ocurren en un medio acuoso. Es imprescindible para:
- Los procesos fisiológicos de digestión, absorción y excreción.
- La estructura y funcionamiento del aparato circulatorio.
- El transporte de sustancias (nutrientes, hormonas, enzimas, etc.) y células sanguíneas.
- La eliminación de productos de desecho y toxinas por la orina.
- La regulación de la temperatura del cuerpo (absorbiendo calor y liberándolo por la producción y la evaporación de agua en la transpiración).
- El mantenimiento de equilibrio osmótico y del PH.
- La composición de las membranas y la amortiguación de los órganos, manteniendo la forma celular y de las estructuras del cuerpo.
- La formación de líquidos lubricantes de las articulaciones y los aparatos digestivo y genitourinario.
El agua necesaria
El cuerpo no puede almacenar agua, por lo que cada día hay que beber la cantidad necesaria. ¿Cuanto? Lo suficiente para compensar el agua que se pierde al respirar, sudar, orinar y defecar. A pesar de su reconocida importancia, suele ingerirse en cantidad inferior a la recomendada, lo que hace que muchas personas presenten cierto grado de deshidratación, que perjudica su salud, su capacidad funcional y su bienestar.
Las recomendaciones a la población incluyen el recordatorio de la importancia de consumir al menos 2 a 2.5 litros de líquido/día (unos 8 - 10 vasos).
Dadas la variabilidad interindividual y la diversidad de circunstancias, lo más práctico sería ingerir agua incluso en ausencia de sed, ya que en ausencia de problemas de eliminación, es conveniente la abundancia de líquido incluso para favorecer la función renal, y la sed no basta como señal para asegurar una rehidratación óptima.
Equilibrio o balance hídrico
El balance hídrico se mantiene mediante la modificación de la ingesta y la eliminación de líquidos, y es importante, por cuanto una modificación leve, con pérdidas de peso de 1-2%, tienen un gran impacto en el rendimiento y el bienestar del individuo, y pérdidas de un 10% pueden llegar a ser incompatibles con la vida. Como el agua no puede ser almacenada, debe ser suministrada a diario; de no recibirla, el ser humano solo podría vivir 3-4 días, mientras que podría sobrevivir sin ingerir alimento más de 60 días.

Tratado de Nutrición. Tomo IV. Nutrición humana en el estado de salud. Página 188.
Procedencia del agua disponible en el organismo
El aporte hídrico se obtiene de las bebidas, los alimentos y la producción de agua en el metabolismo. Aproximadamente, el 20-25% del agua ingerida proviene de los alimentos y el 75-80% de las bebidas. También el contenido de agua de los alimentos es muy variable.

Tratado de Nutrición. Tomo IV. Nutrición humana en el estado de salud. Página 189
El agua procedente de los alimentos y bebidas se define como ingesta total de agua, mientras que la suma de la ingesta de agua y la obtenida por oxidación de los macronutrientes se considera agua disponible.
Las pérdidas de líquidos se producen por la orina, las heces y el sudor, más las pérdidas insensibles por la piel y en la respiración.
Respecto a la influencia de la dieta, debe considerarse que algunos componentes de los alimentos arrastran líquidos en su eliminación o en la excreción de productos de su metabolismo (como cloruro sódico o proteínas, entre otros), lo que aumenta las necesidades de líquidos.
Las pérdidas de agua deben ser compensadas con una ingesta similar, y si se tiene en cuenta que en un clima cálido o al realizar un ejercicio prolongado estás pérdidas se incrementan notablemente, se entenderá que en estas circunstancias es necesario prestar especial atención a la rehidratación, que puede resultar difícil.

Tratado de Nutrición. Tomo IV. Nutrición humana en el estado de salud. Página 189
Deshidratación o deficiencia de agua corporal
La deshidratación, o deficiencia de agua corporal, es un grave problema de salud, potencialmente mortal, que aparece cuando la excreción de líquidos excede su consumo, produciendo un balance negativo de agua en el cuerpo, con repercusiones sanitarias y funcionales negativas.
Los tipos de deshidratación se establecen en función de la cantidad de líquido perdido, rapidez de la pérdida y proporción entre la pérdida de solutos y electrolitos en relación con la del agua.
Por la cantidad de líquido que se pierde se puede establecer una clasificación de la deshitración que esquematiza la gravedad del proceso, lapérdida de peso asociada y los síntomas que se manifiestan.
La gravedad de la deshidratación también dependerá de la rapidez con la que se pierda el agua; si la pérdida es brusca, los síntomas serán más graves que si es gradual (lo que permitiría al organismo activar mecanismos compensatorios).
Teniendo en cuenta la pérdida de solutos y electrolitos en relación con la pérdida de agua se puede hablar de: deshidratación isotónica, deshidratación hipertónica y deshidratación hipotónica.
La deshidratación no es una situación benigna, ya que causa un desequilibrio de la función homeostática del medio interno. De hecho, se asocia con un mayor riesgo de caídas, infección del aparato urinario, enfermedad dental, trastornos broncopulmonares, formación de cálculos renales, cáncer, estreñimiento, dolores de cabeza y migrañas, y es precursor independiente de mortalidad en individuos mayores.
Los primeros síntomas de deshidratación son: entreñimiento, sequedad de mucosas, orina escasa, concentrada y oscura, mareos, debilidad, cefalea y ardor de estómago. En etapas más avanzadas o graves se observa dificultad para tragar, torpeza, piel arrugada y entumecida y problemas de visión.
Por otra parte, diversos estudios han constatado un incremento de la fatiga, la dificultad de discriminación y la pérdida de memoria cuando se experimenta una dehidratación moderada (2.8% de pérdida de peso).
Las alteraciones del sistema nervioso central aparecen en asociación con la disminución del volumen celular cerebral e incluyen trastornos del estado mental, debilidad, excitabilidad neuromuscular, déficits neurológicos focales y, en ocasiones coma o apoplejía.
En un siguiente número mencionaremos el tema de la educación sobre pautas de hidratación, así como las pautas sobre el consumo de líquidos en diversas etapas y circunstancias.
Referencia:
Tratado de Nutrición
Tomo IV: Nutrición humana en el estado de salud.
3ra edición