El magnesio y sus beneficios

El Magnesio, junto con el calcio y el fósforo, es importante para la formación del tejido óseo. Actúa también como regulador del equilibrio osmótico y de ácido-base en la célula. Forma parte de la estructura molecular de más de 300 enzimas.
El magnesio es el antagonista del calcio, es decir, posee una función similar en la conducción de los impulsos nerviosos y en la contracción muscular, y su exceso limita la utilización de calcio por el organismo. En consecuencia, si aumenta el consumo de magnesio, debería aumentar el de calcio.
Algunas investigaciones han demostrado que un adecuado aporte de magnesio mejora el rendimiento físico, reduce la fatiga respiratoria y la frecuencia cardíaca, y acelerando la recuperación después del esfuerzo muscular. Las consecuencias de un aporte inadecuado de este mineral pueden ser los calambres e incluso la rigidez completa de los músculos.
La falta de magnesio es un riesgo más frecuente de lo que se puede pensar y está causada por un mayor consumo de este elemento por parte de nuestro organismo sometido al estrés, por una alimentación errónea y por una actividad física insuficiente. En estas condiciones pueden aparecer convulsiones, irritabilidad nerviosa, trastornos vasculares y cutáneos.
Necesidades diarias y fuentes alimenticias Las necesidades diarias de magnesio, cerca de 350 mg, se satisfacen normalmente con una dieta regular ya que está presente en numerosos alimentos. Las principales fuentes son el salvado (de trigo), los frutos secos (nueces, almendras, pecanas, castañas), los cereales integrales (germen de trigo, centeno, cebada), las menestras (lentejas, garbanzos, frejol, pallares), el chocolate (60% a 75% de cacao) la carne de cerdo y de cordero y diversos tipos de fruta (véase tabla).
El magnesio es absorbido por los intestinos y eliminado sobre todo por vía fecal, y en menor grado por los riñones.
